La adolescencia es un período en el que el niño aún siente que entra en un terreno desconocido, atravesándolo sin haberlo solicitado ni elegido. Por un lado, sigue vinculado a su familia natal, mientras que por el otro, abraza el tan esperado mundo adulto del que tanto se habla. Se manifiesta una amplia gama de comportamientos, y descubrir cuáles son efectivos puede ser frustrante tanto para ellos como para quienes los rodean.
Algunas terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que se centran en el enfoque conductual-contextual y se combinan con otras perspectivas, ayudan a los adolescentes a entender dónde se encuentran, qué está ocurriendo y cómo encontrar el mejor camino para vivir una adolescencia coherente con sus propios valores y circunstancias vitales.