En psicología forense, muchos principios provienen del ámbito jurídico, y uno de los más relevantes es el Interés Superior del Menor. Este principio, fundamentado en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 y ratificado en México en 1990, guía las decisiones y medidas adoptadas para asegurar el desarrollo óptimo de los menores, tanto en instituciones públicas como privadas.

En situaciones de separación o divorcio, este principio adquiere una importancia crucial. Los menores atrapados en estos litigios dependen de una evaluación precisa para garantizar su bienestar. La tensión y discrepancia entre los progenitores, a menudo violenta, agrava la situación, haciendo aún más esencial un enfoque centrado en el Interés Superior del Menor.

Para evaluar la idoneidad parental, es vital realizar una evaluación psicopatológica de cada progenitor. Esta evaluación no se centra únicamente en la existencia de psicopatologías, sino en cómo estas afectan la capacidad de parentalidad. No se deben tomar decisiones precipitadas basadas en un diagnóstico; es crucial entender cómo y en qué medida dicho trastorno limita la capacidad del progenitor para socializar y cuidar de sus hijos. Por ejemplo, trastornos graves como los psicóticos, la dependencia de sustancias y la deficiencia mental pueden desaconsejar la continuidad de la parentalidad, mientras que otros trastornos pueden no tener un impacto significativo en la crianza adecuada (Ramírez, 2003).

El proceso de separación y el litigio asociado sumergen a los progenitores en un estado psicológico de alta ansiedad, que puede transformar personalidades estables en caracteres vulnerables. Este cambio puede afectar temporalmente la capacidad parental. Dos puntos son clave aquí: la primera es cómo esta nueva situación afecta la disponibilidad y capacidades parentales, y la segunda es cómo el tiempo puede permitir una mejor adaptación y recuperación de la estabilidad psicológica, y por ende, de la capacidad parental.

La custodia parental no es un estado fijo sino un proceso dinámico que evoluciona con las circunstancias. La posibilidad de múltiples demandas de custodia a lo largo del tiempo es normal y refleja la adaptación de los progenitores y el crecimiento de los hijos. Las necesidades de tiempo, espacio, atención y educación de los hijos cambian, y la custodia debe ajustarse a estas nuevas realidades.

Además, es esencial considerar otras alternativas, como el parenting y coparenting, que pueden ofrecer soluciones más adaptativas y beneficiosas para el bienestar de los menores.

Resumen Clave:

  • Interés Superior del Menor: Principio fundamental en la toma de decisiones en litigios de separación o divorcio.
  • Evaluación Psicopatológica: Importancia de evaluar cómo los trastornos afectan la capacidad parental, sin tomar decisiones precipitadas.
  • Impacto del Litigio: El proceso de separación puede afectar temporalmente la capacidad parental debido a la ansiedad y el estrés.
  • Custodia Dinámica: La custodia debe ser vista como un proceso evolutivo que se adapta a las nuevas circunstancias y necesidades de los menores.
  • Alternativas de Custodia: Considerar opciones como el parenting y coparenting para soluciones más beneficiosas para los menores.
WhatsApp chat